
FAP OTROS ESPACIOS
El Museo Florencio la Fuente de Huete presenta, el sábado 26 de abril, la exposición La desaparición de la selva amazónica de Rodrigo Petrella. Muestra comisariada por Amador Griño, organizada por la Fundación Antonio Pérez en colaboración con el MUVIM, Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad de la Diputación de Valencia.
En palabras de Amador Griño, comisario de la exposición:
LA DESAPARICIÓN DE LA SELVA AMAZÓNICA, LA DESAPARICIÓN DE LOS OTROS
Los trabajos de Rodrigo Petrella nos remiten a un imaginario icónico que no nos resulta extraño: quinientos años de imágenes, lecturas y referencias sobre los indios, por una parte, y toda la iconología occidental, han contaminado, distorsionado o enriquecido —según se mire— su visión. La formación e información visual, que el artista ha acumulado en el transcurso de su vida, pasará inevitablemente a sus creaciones porque esta composición es parte de su archivo inconsciente que le acecha desde la profundidad de su mente.
Con las imágenes en color de los actuales indios Kayapó —posiblemente emparentados o descendientes de aquellos ya desaparecidos Tupinambá de los grabados sobre los indios caníbales— y las del resto de tribus en blanco y negro, el artista rinde sutiles homenajes y tributos a los grabados de Theodore de Bry, a los cuadros de Eckhout que volvieron a Brasil más de 350 años después, a las acuarelas de Taunay, al indio François Carypyra que murió en Francia antes de ser bautizado y a todos aquellos cuadros y fotografías que, una vez vistos, se han fijado en su memoria para poder construirlas y mostrárnoslas.
Gracias a estas fotografías de Rodrigo Petrella podemos percibir los esfuerzos y voluntad de continuar existiendo de todos estos pueblos a pesar de la creciente aculturación que sufren; ya nada es como aparece en sus fotografías, la globalización lo homologa todo. En ellas, y sin que se nos muestre explícitamente, nos es fácil imaginar el arduo trabajo de vivir en este supuesto paraíso.
Conocer cómo fueron nos abre el camino de la comprensión, de la aceptación de la diferencia, pues no podemos amar lo que no conocemos. Cada vez que una cultura desaparece, el mundo se empobrece y la oscuridad aumenta.
La progresiva destrucción del ecosistema amazónico, momentánea salvaguarda de este frágil mundo que puede desaparecer en un solo incendio, no puede dejarnos indiferentes ni debemos abandonarlo a su suerte confiando en la sabia madre naturaleza, como se ha convenido en llamarla desde no se sabe qué romántico lugar común.
En la actualidad, se ha «transformado» (es decir, deforestado) un 20% de la selva amazónica, mientras que otro 6% ha sufrido una «degradación alta». Esto ha llevado a Amazon Watch a alertar que la Amazonía se encuentra en medio de una crisis de punto de inflexión. En el periodo comprendido entre el 1 de agosto de 2023 y el 31 de julio de 2024, la Amazonía brasileña perdió 4.314 kilómetros cuadrados de vegetación, lo que representa una caída del 45,7% en comparación con el año anterior, según informó el Gobierno de Brasil. La pérdida de la Amazonía cambiaría drásticamente el clima de América del Sur, empeoraría la seguridad alimentaria, intensificaría la crisis climática y, en última instancia, afectaría a todo el planeta.
El primero de mayo de 1500, Pero Vaz de Caminha concluye la carta que enviará al rey Don Manuel de Portugal. Esta carta es de especial importancia, ya que es la primera descripción conocida de los habitantes de Brasil. El autor, en un esfuerzo narrativo honesto, se mueve sin artificios ni metáforas, realizando un ejercicio de verosimilitud aparentemente desprovisto de prejuicios culturales o raciales; él mismo afirma: «no he de poner aquí más que lo que vi y me pareció, ni para hermosear ni para afear». Sin embargo, esta imagen no resulta tan aséptica. A pesar de su atención a la realidad y detalles minuciosos, ideas previas arraigadas en su inconsciente actúan como un esquema, guiando la mirada de alguien cuya tradición valora más lo visto que la imaginación.
Él describe a los nativos como «pardos, desnudos, sin nada que cubriera sus vergüenzas […] Eran tan bien aseados y limpios». Su visión refleja un desconcierto ante la expresión franca del cuerpo y la aparente ausencia de vergüenza, fomentando comparaciones con la vestimenta convencional de su tiempo. Aunque alaba la belleza de lo que observa, su mirada está condicionada por su propio contexto cultural.
Aunque no todos aceptan esta visión estigmatizada, pensadores como Montaigne desafían las generalizaciones, enfatizando la necesidad de observar la humanidad desde una óptica de relatividad y diversidad cultural. A través de su exploración de los indígenas, Montaigne introduce el concepto del «buen salvaje», recordándonos que nuestras nociones de barbarie son subjetivas y profundamente enraizadas en nuestro contexto cultural.
Amador Griño
La exposición La desaparición de la selva amazónica de Rodrigo Petrella, se podrá visitar desde el 26 de abril hasta el 6 de julio de 2025, en el Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente de Huete.