FAP CUENCA - Salas Temporales
Con el título Feito, Homenaje a una amistad, la Fundación ha querido realizar precisamente eso, un homenaje a la amistad que durante tantos año unió a Luis Feito y Antonio Pérez. Amistad que comenzó en los años 60, y que se ha visto truncada por el reciente fallecimiento del madrileño, el pasado domingo 7 de febrero.
Para poder realizar esta exposición homenaje, desde la FAP hemos recopilado una gran parte de las obras que poseemos en nuestros fondos, tanto expuestos en la colección permanente de las sedes de Cuenca y San Clemente, como, sacando a la luz otras que habitualmente no están expuestas al público.
La exposición muestra un total de 40 obras, tres originales y treinta y siete grabados: estos últimos forman parte de la colección de la FAP desde 2006 cuando, tras la muestra Feito. Obra Gráfica, que se realizó para la inauguración del Museo de Obra Gráfica de San Clemente, el artista donó el contenido íntegro de la misma. Se trata de obras pertenecientes a varias series: Peñalara, Camorritos, Pingarrón, Beijing, Guadarrama, Guilin y Milenio, entre otros.
Galería de imágenes
En esta exposición se muestran diferentes técnicas de grabado como aguafuertes, aguatinta, puntas secas o monotipos en los que se funden la abstracción geométrica representada por círculos, cuadrados y triángulos, las formas preferidas de Feito, junto con una solemne gestualidad, donde ninguna de estas dos vertientes domina sobre la otra y tienen plena autonomía dentro del espacio pictórico. En estas obras el artista refleja una serie de paisajes geográficos reales de su memoria a través de la utilización del rojo y negro vibrantes sobre fondos blancos, muchas veces atravesados por bandas negras que remiten a la influencia del arte oriental y el mundo Zen que el artista empezó a conocer en los años sesenta durante su estancia en París.
Feito, Homenaje a una amistad, es una prueba de cómo, en su obra, el grabado ocupa un papel fundamental igualándose incluso a su obra pictórica; bajo el dominio del rojo y el negro y con una gestualidad tan peculiar como reconocible, marcada por la abstracción que ha dominado toda su producción. Este gusto por la gráfica le llevó a obtener en 2018 el Premio Nacional de Arte Gráfico.