El Museo Casa Zavala de Cuenca acoge, desde el 21 de febrero al 27 de abril, la exposición retrospectiva del fotógrafo sueco Christer Strömholm (Estocolmo, 1918-2002), organizada por la Fundación Mapfre en colaboración con la Fundación Antonio Pérez.
La muestra, que lleva por título el propio nombre del artista, se compone de ciento cincuenta fotografías, organizadas en cinco series (Fotoform, Poste Restante, la Place Blanche, el París de los artistas y España); material de archivo adicional; dos proyecciones, una con una selección de fotografías de Cuenca, y otra con una película de 30 minutos “Blunda och se” (Cierra los ojos y ve) sobre el artista realizada por su hijo, el fotógrafo y cineasta Joakim Strömholm. También acompañan la exposición el libro Poste Restante (uno de los libros de fotografía más coleccionables de mediados del siglo XX); y el catálogo de la exposición editado por la Fundación Mapfre.
La retrospectiva recorre todos los momentos clave de la extraordinaria producción de Christer, desde su participación en el grupo alemán “Fotoform”, a principios de los años cincuenta, pasando por sus múltiples viajes por el mundo, entre ellos España, su fotografía urbana y sus retratos de artistas.
En el acto de inauguración han participado, Jesús Carrascosa, director de la Fundación Antonio Pérez, María Ángeles Martínez, vicepresidenta de la Fundación Antonio Pérez y diputada provincial de Cultura, Darío Dolz, alcalde de Cuenca, María Martinez Cid, jefa de Exposiciones de la Fundación MAPFRE, Estelle af Malbourg, Comisaria, Joakim Strömholm, hijo de Christer Strömholm, Victoria del Val, responsable de Itinerancias de la Fundación Mapfre.
Strömholm fue uno de los artistas más emblemáticos de la fotografía europea de posguerra, cuyo mayor reconocimiento le llegó de forma algo tardía, cuando le fue otorgado en 1997 el Premio Hasselblad. Vino a España en varias ocasiones y se sintió interesado por Francisco de Goya, Luis Buñuel y Antonio Saura por el que, según la comisaria de la exposición, Estelle af Malbourg, sintió mucha afinidad “conectaron muy bien, hablaron mucho de política y Saura le presentó a mucha gente”. Fue con Antonio Saura con el que conoció Cuenca y pudo recorrerla y fotografiarla, de aquí las 30 fotografías seleccionadas que pueden verse en la exposición.
Esta es una magnífica oportunidad para conocer la obra de un artista, así lo ha señalado la diputada de Cultura, “que supo plasmar lo que le rodeaba en imágenes en blanco y negro que hacen gala de su integridad, su sensibilidad al sufrimiento humano y una estética muy personal”.
La exposición
Después del acto de inauguración, la comisaria ha explicado la exposición haciendo un recorrido por las distintas series de la misma. Comienza la muestra con “Fotoform” en los años 50, una asociación de fotógrafos que surgió en Alemania tras la Segunda Guerra Mundial y que trataba de recuperar la importancia de la fotografía como un medio de creación artística, “a los que se unió durante un tiempo y de los que aprendió mucho”, destaca Estelle.
Continúa con la serie realizada en España donde Strömholm llegó por primera vez en 1938, en plena guerra civil, lo que supuso el despertar de su conciencia política, pues actuó ocasionalmente como correo de los republicanos. A finales de los años cincuenta regresó de nuevo a España, esta vez como guía turístico de viajes que partían en autobús desde Suecia. Junto con el poeta y escritor Lasse Söderberg estuvo de nuevo en España en 1962 y 1963. De esta época le interesó, afirma Estelle, “retratar la España del franquismo, la gente pobre y olvidada”.
La siguiente parada es “Poste Restante” que “refleja la vida viajera que llevaba Christer”. Sus viajes por España, Japón, Francia, Alemania, Estados Unidos y la India desde finales de la década de 1940 hasta 1967 quedaron reflejados en el libro Poste restante (Lista de correos). Las imágenes en torno a la muerte, sobre las que el artista había trabajado desde 1950, ocuparon un lugar central en la publicación y se convirtieron en un modo para procesar sus recuerdos de infancia, en concreto la separación de sus progenitores, el suicidio de su padre y las experiencias bélicas que vivió.
Seguimos el recorrido y nos situamos en la Place Blanche (París) donde conoció a sus “amigas” como él llamaba a las transexuales de los alrededores de este espacio. Christer se reconoció en ellas por la vida tan dura que llevaban, cuenta Estelle, y “realizó retratos muy íntimos que reflejan la confianza que mantenían”.
Por último, nos encontramos con “París y los artistas”, en esta época realizó múltiples retratos de artistas en la capital francesa y algunos también en otras ciudades como Barcelona, Cuenca, Ámsterdam o Cadaqués para periódicos brasileños y suecos, entre ellos están Leo Zimmerman, Le Corbusier, Marcel Ducham, Fernand Léger, André Breton, Antoni Tàpies, Eduardo Chillida, o Antonio Saura.