La Fundación Antonio Pérez ha inaugurado, esta mañana, dos nuevas exposiciones en el Museo Casa Zavala. Geografías del silencio de la fotógrafa Saleta Rosón y Donde brota la luz de los residentes del Centro de Creadores Contemporáneos de Cuenca (4C) de la Diputación Provincial de Cuenca que gestiona la Fundación Antonio Gala.

En las inauguraciones han estado presentes los artistas de las dos exposiciones, el presidente de la Diputación Provincial de Cuenca, Álvaro Martínez Chana, el alcalde de Cuenca, Darío Dolz, la diputada de Cultura, María Ángeles Martínez, la subdelegada del Gobierno en Cuenca, María Luz Fernández, el director de la Fundación Antonio Pérez (FAP), Jesús Carrascosa, la conservadora Jefe de la FAP, Mónica Muñoz, el presidente de la Fundación Antonio Gala, Francisco Moreno, el director del 4C, José María Gala, el director adjunto del 4C, Manuel Creus, y las comisarias de ambas exposiciones, Isis Saz de “Donde brota la luz” y Angélica Soleiman de “Geografías del silencio”.

Las exposiciones podrán visitarse hasta 1 de marzo de 2026 Geografías del silencio, y hasta el 22 de febrero Donde brota la luz.

Geografías del silencio

La muestra de Saleta Rosón (Lugo, 1965) reúne una serie de 27 obras fotografías y dos piezas escultóricas realizadas en torno a la idea del silencio como espacio fértil, cargado de memoria, presencia y profundidad en las que la artista construye un territorio propio, íntimo y a la vez universal.

La exposición la componen dos proyectos, “Travesía de Sal” y  “Ghost villages” (Aldeas fantasmas). El primer proyecto nace de la inquietud que le genera a la artista la lectura de un artículo sobre el llamado “triángulo del litio”, una zona de la Cordillera de los Andes que abarca territorio chileno, boliviano y argentino. El segundo muestra como la arena ha inundado literalmente las ciudades abandonadas de Kolmanskop, en Namibia, y de Al Madam, en Emiratos Árabes.

En Geografías del Silencio, Saleta Rosón se adentra en territorios donde el tiempo parece suspendido: desiertos de dunas móviles, salares infinitos y superficies que, despojadas de ruido, revelan la hondura de su propia quietud. Lejos de ser un vacío neutro, el silencio que atraviesa estas imágenes está cargado de historia, de tránsito y de espera, y en él, de manera mínima, y casi imperceptible, se advierte la huella humana.

La exposición invita a mirar de nuevo lo que suele pasarse por alto: los límites entre lo que está y lo que fue, entre lo visible y lo que apenas se insinúa, entre el afuera inmenso y el adentro que se despierta en quien contempla.

Saleta Rosón propone así una experiencia de contemplación radical, un regreso al origen y un gesto de resistencia frente a la saturación visual y el vértigo del presente. En sus imágenes, lo aparentemente vacío se convierte en un lugar donde detenerse y escuchar lo que el paisaje calla y, al mismo tiempo, revela.

Donde brota la luz

La exposición de la primera promoción de Residentes del Centro de creadores contemporáneos de Cuenca (4C), comisariada  por Isis Saz, muestra una selección de obras y diálogos compartidos del trabajo realizado por los diez jóvenes creadores y creadoras durante su estancia en la residencia artística. Ellos son Fran Baena, Ilaria Cutolo, María Góngora, Marina Íñiguez, Lucía Tello, María Tenoury Díaz, Perla T. Alejo R., Álvaro Guardiola Haro, Diego Santana Caunedo y Kevin Soto Perdomo.

Fran Baena (Priego de Córdoba, 1999) presenta esculturas, cuadros, máscaras y una pieza de ropa realizada con anillas de latas de refresco. Entre las obras, destaca la “La casa de la Demandadera” inspirada en los objetos encontrados de Antonio Pérez, y el cuadro “Demolition lovers”, un díptico sobre la vida y la muerte realizado en gotelé.

Los cuadros de Ilaria Cutolo (Nápoles, 1996) nos acercan a los interiores familiares y a las tradiciones que se trasmiten dentro de ellas, partiendo de un trabajo autobiográfico en el que  la artista invita el espectador a identificarse. María Góngora (Almería, 1999) utiliza el ganchillo para tratar la identidad femenina y cómo está condicionada por los modelos sociales y el hogar, a través de obras en diferentes formatos y con diferentes hilos, entre las que destaca “Madriguera” y dos estructuras que representan “lo idílico y lo inquietante del hogar”.

A Marina Íñiguez (Villarrobledo, 2001) le interesa recuperar la tradición rural y construye piezas de carrasca con escenas tradiciones grabadas con pirograbado, y otros objetos en gran formato con mimbre y esparto y les aporta otro significado. Lucía Tello (Sevilla, 1996) ha creado una instalación con diversas técnicas y materiales en torno al tapiz “La dama y el unicornio” del Museo Nacional de la Edad Media de París.

María Tenoury (El Hierro, 1999) recoge en imágenes y en una proyección varios recuerdos, entre otros, los momentos vividos en la residencia, las conversaciones con los vecinos y un viaje a la Ciudad Encantada. Perla T. Alejo R. (República Dominicana, 1999) presenta cuatro estructuras hechas de mimbre que mezclan arte, artesanía e industria, y una serie de seis fotografías de interiores y exteriores de la ruta mimbre en Cuenca, impresas en papel artesanal de mimbre, un trabajo que forma parte de su trabajo de investigación “La ruta del  mimbre en Cuenca, la lumbre de una vela”.

Por útlimo, Álvaro Guardiola Haro (Cieza, Murcia, 1998), Diego Santana Caunedo (La Habana, Cuba, 1997) y Kevin Soto Perdomo (La Habana, Cuba, 2000) han escrito seis relatos dedicados a sus compañeros “La Tejedora”, “Tras tres cortinas”, “Lo que ya no somos”, “Aquella luz mortecina”, “Las pocas cosas” y “Cirugía para un stickman”.