La Fundación Antonio Pérez ha acogido, el pasado 24 de mayo, el I Encuentro GLÍA sobre Espacios para el Aprendizaje, que ha servido para reflexionar y compartir estrategias sobre cómo el diseño de los espacios educativos influyen en el aprendizaje y desarrollo de los estudiantes. Un encuentro especialmente interesante para docentes, equipos directivos, gestores de espacios de aprendizaje, profesionales de la arquitectura y el interiorismo.

Una iniciativa de Ana Mombiedro, arquitecta y neuropsicóloga, especialista en neurociencia aplicada a espacios de aprendizaje, y Marta Blanco, arquitecta y comunicadora, que tiene como objetivo ofrecer una visión global de la importancia y relevancia del espacio para el aprendizaje.

El aula tradicional, con filas de pupitres enfrentados a una pizarra, ha sido el escenario del aprendizaje durante décadas. Sin embargo, hoy sabemos que el entorno físico influye profundamente en el desarrollo cognitivo, emocional y social de los estudiantes.

La disposición del mobiliario, la iluminación, la acústica, los colores y la flexibilidad del espacio pueden potenciar —o limitar— la capacidad de aprender, concentrarse y colaborar.

Aplicando principios como la estimulación sensorial equilibrada, la incorporación de espacios dinámicos y la adaptación del aula a distintos estilos de aprendizaje, se pueden mejorar la atención, reducir el estrés y fomentar la interacción positiva entre estudiantes y docentes.

En el encuentro participaron Margarida Castellano, profesora de la Universidad de Valencia que ofreció un taller para dinamizar la lectura multimodal y su dinamización en el aula; Marta Díaz, maestra y psicopedagoga, experta en altas capacidades, que explicó cómo el entorno físico puede influir —positiva o negativamente— en su bienestar y desarrollo; Desirée Sánchez, directora del Ceip Attilio Bruschetti de Xàtiva (València) que trató sobre el redescrubrimiento de  los espacios de aprendizaje; Pablo Amor, arquitecto, que trató el tema de los patios y espacios exteriores saludables en los colegios; y Ana Mombiedro, que habló de Neuroarquitectura y entornos enriquecidos.

El encuentro incluyó sesiones de investigación, desayuno saludable, talleres para aplicar los conocimientos a casos concretos, comida con los ponentes y fiesta de despedida con un concierto de jazz a cargo del trío Julián Román más Ramón Cardo.