Del 8 al 31 de octubre 1999
Centro de Arte Contemporáneo/ Cuenca
Lo que encontramos en esta muestra de carteles es algo menos y algo más que las pinturas que en muchos casos le sirven de base; algo menos, porque la función estética queda supeditada a la función comunicadora; algo más porque a través de ellos tenemos noticia de la diversidad de preocupaciones artísticas, culturales y políticas del artista y su posicionamiento inmediato frente a la experiencia cotidiana e histórica.
Predominan en la muestra, no podía ser de otra manera, los carteles correspondientes a sus exposiciones, individuales o colectivas, que aportan pistas de la trayectoria profesional de pintor, desde la fundación del Grupo El Paso en Madrid, hasta sus más recientes exposiciones en Huesca o París, pasando por un buen número de galerías americanas y europeas.
fotografía Santiago Torralba. Archivo FAP
Pero quizá lo más interesante, al menos lo más próximo a la idea de cartel que arriba se esbozaba, sea la muestra de carteles propiamente dichos, es decir, aquellos en cuya realización Saura actuó como auténtico publicista, poniéndose al servicio de un mensaje ajeno y no de la difusión de su propia obra.
Se trata, por ejemplo, de los carteles de teatro, al que estuvo tan vinculado a través de la carrera profesional de su hija Mariana. No pueden faltar los carteles que Saura pintó para diversas instituciones conqueses y que son indicio de su bien conocido apago a la ciudad que tantos años le sirvió de residencia algo más que veraniega, desde el dedicado a la tan bien recordada Semana de Teatro en 1977, hasta los conmemorativos de la Semana de Música Religiosa de 1994 o la Semana Santa de 1996.
Fragmentos del texto de José Sánchez para el catálogo de la muestra.